DIBUJOS LIBERADOS
Galeria Andrea Brunson, Santiago, 2021
Con los pies plantados en la tierra
los ojos cerrados
y las manos danzando
Catalina Quezada
La urdimbre, el tejido informe que se arma previamente en un lugar de la mente y quizá también del espíritu. Y más allá. Y más acá. En lugares que no comprendemos del todo, en los rincones que misteriosamente habitamos desde siempre.
La urdimbre, las formas que se imponen a las manos, que las mueven a congelar por un rato la danza de hilos de yute. Aquí veo, quizá por costumbre, quizá por anhelo, promesas de palabras, de signos quizá, de letras de alfabetos por nacer.
La urdimbre, el tejido microscópico de la encaústica que también baila y se detiene en un punto, que fija residencia momentánea en escenas tenues. Llegamos sin ser invitados a estos parajes de una intimidad portátil que nos inquieta con su familiaridad inexplicable.
La urdimbre, las formas que en secreto comunican el arriba y el abajo y también lo viejo y lo nuevo. Con los pies plantados en la tierra, los ojos cerrados, las manos van recolectando hilos, moldes y colores tenues para intentar traducir la voz de los fósiles y las semillas, vestigios y augurios que mucho tienen que ver con el silencio.
Marcela Labraña